domingo, 31 de agosto de 2008

La vida es sueño

Se va otro amigo. A Dublín. Por tiempo indefinido, a la aventura.
Y en los despertares empiezo a tener vértigo de nuevo. Madrid, París, ahora Dublín, pronto Barcelona. Dispersión.
Mis pocos afectos, mis dispersos afectos.
Y como el blog, yo también me vuelvo sensiblera, cosa que detesto, pero indudablemente padezco. Quizá el problema en realidad sea que no me siento firme sobre el suelo que piso y me marea que me quiten las barandas.

Afrodita me ha traído un proyecto que me ha hecho sonreír. En cierto modo es utópico, porque el tiempo nos traerá lo que no esperamos y queda por ver cómo lidiaremos con ello, pero bello.
Hace un tiempo soñé con un piso abuhardilado, con plantas en cada ventana -dentro y fuera-, asientos con cojines y libros junto a ellas, un retriever, una amiga y una bicicleta junto a la puerta. Pequeño pero cálido e iluminado. Acogedor.
Afrodita me lo ha localizado en la judería de Gerona, entre callejuelas y no muy lejos de mis calas verdes. Su juzgado, no muy lejos de mi Registro. La Universidad, a un paso.
A veces se me agotan los sueños, se me va la energía, las emociones me asaltan y no veo lo que hay por delante, ni siquiera lo puedo imaginar. Y así no se pueden sacar empresas adelante. Agradezco que de vez en cuando me den un toque alentador, aunque sea un espejismo; me agradó el sueño, me agrada la utopía, me alegra que haya quien proyecte el futuro conmigo en él.
Y cuando lo alcancemos quizá vuelvan los que se fueron o vayamos a buscarlos, e indudablemente habrá nuevas caras y nuevas sensaciones; nuevos viajes, libros, aprendizajes. Mi perro se comerá sus plantas. Nos reuniremos por las tardes a compartir palabras y por las noches a escuchar ritmos. Y no nos comeremos tanto la cabeza con qué debemos y qué no debemos hacer. Ni con qué debemos o no sentir, si es oportuno o deja de serlo, si saldremos escaldadas de ello. Porque estamos cerradas a casi todo, nos queda abrirnos a casi todo. Espero que juntas.

Quizá... Porque la vida es perra a veces. Pero tengo borradas las líneas de la mano y puedo escribir sobre ella con casi entera libertad. Y ahora yo también prefiero soñar.

lunes, 4 de agosto de 2008

Se me está volviendo sensiblero el blog. Y demasiado personal. Pero sirve de escape a la frustración disfrazada y escondida y a la angustia que iverna este verano agazapada tras alguna víscera que a veces muerde en sueños. El verano me hace anhelar ciertas cosas y tomar consciencia de otras. Subraya algunas sensaciones, narcotiza otras. Siento más; podría dedicar días a sentir y, aunque parezca contradictorio, creo que eso me equilibraría el raciocinio. Sería como darle vacaciones. En unos días tal vez lo haga.