Todos los jueves del año
a las once de la mañana
junto a la Plaza de Mayo
con lluvia frío o calor
te esperaré vida mía
frente a la Casa Rosada
la espina de tu mirada
clavada en mi corazón.
No puedo evitar volver a ello: hoy se cumplen treinta años, "treinta años de vida venciendo la muerte", treinta años desde que aquellas primeras catorce madres decidieran reunirse por primera vez en aquella plaza, frente a la Casa Rosada. Treinta años de ausencias, de esperanza torturada, decididas a recordar a aquellos a quienes desaparecieron y borraron del mapa como si nunca hubiesen existido. Algunos nietos aparecieron, quizá aún aparezca alguno más o sus descendientes (en ello trabajan las Abuelas de la Plaza de Mayo), pero los desaparecidos... los desaparecieron a conciencia. Tan monstruoso que es difícil de asimilar... Que hombres puedan ser capaces de ello y seguir vivos y cuerdos -e impunes para más inri- todo este tiempo después (¿se les murió la conciencia o nunca la tuvieron? ¿O la desaparecieron también?)
a las once de la mañana
junto a la Plaza de Mayo
con lluvia frío o calor
te esperaré vida mía
frente a la Casa Rosada
la espina de tu mirada
clavada en mi corazón.
No puedo evitar volver a ello: hoy se cumplen treinta años, "treinta años de vida venciendo la muerte", treinta años desde que aquellas primeras catorce madres decidieran reunirse por primera vez en aquella plaza, frente a la Casa Rosada. Treinta años de ausencias, de esperanza torturada, decididas a recordar a aquellos a quienes desaparecieron y borraron del mapa como si nunca hubiesen existido. Algunos nietos aparecieron, quizá aún aparezca alguno más o sus descendientes (en ello trabajan las Abuelas de la Plaza de Mayo), pero los desaparecidos... los desaparecieron a conciencia. Tan monstruoso que es difícil de asimilar... Que hombres puedan ser capaces de ello y seguir vivos y cuerdos -e impunes para más inri- todo este tiempo después (¿se les murió la conciencia o nunca la tuvieron? ¿O la desaparecieron también?)
Ser argentino es estar triste...
Las madres
El juicio; nunca más