Fui a clases de cha cha cha un mes de diciembre en un lugar de montaña, donde desde la ventana del lugar donde dábamos clases se veía la nieve. No lo olvidaré nunca. Yo me apunto, claro! Un beso
Son susurros al pie del precipicio para no hablar sola y que el eco no me devuelva a la realidad y lo haga ridículo. Mis disculpas por adelantado a quien pasee por el cañón.
Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne, huele a caballo y a sombra. Yunques ahumados sus pechos, gimen canciones redondas. Soledad, ¿por quién preguntas sin compaña y a estas horas? Pregunte por quien pregunte, dime: ¿a ti qué se te importa? Vengo a buscar lo que busco, mi alegría y mi persona. Soledad de mis pesares, caballo que se desboca, al fin encuentra la mar y se lo tragan las olas. No me recuerdes el mar, que la pena negra, brota en las sierras de aceituna bajo el rumor de las hojas. ¡Soledad, qué pena tienes! ¡Qué pena tan lastimosa! Lloras zumo de limón agrio de espera y de boca. ¡Qué pena tan grande! Corro mi casa como una loca, mis dos trenzas por el suelo, de la cocina a la alcoba. ¡Qué pena! Me estoy poniendo de azabache, carne y ropa. ¡Ay mis camisas de hilo! ¡Ay mis muslos de amapola! Soledad: lava tu cuerpo con agua de las alondras, y deja tu corazón en paz, Soledad Montoya.
Por abajo canta el río: volante de cielo y hojas. Con flores de calabaza, la nueva luz se corona. ¡Oh pena de los gitanos! Pena limpia y siempre sola. ¡Oh pena de cauce oculto y madrugada remota!
4 comentarios:
Yo me apunto que bailar siempre es un buen remedio para todo. ;-)
Bien!!!! Ya somos dos, de aquí a fiesta masiva ya hay poco!!! Un besazo
Fui a clases de cha cha cha un mes de diciembre en un lugar de montaña, donde desde la ventana del lugar donde dábamos clases se veía la nieve. No lo olvidaré nunca.
Yo me apunto, claro!
Un beso
mmmm, suena bien, bienvenida. Un beso!
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