Qué nombres más curiosos pueden llegar a tener los pueblos. Hoy encuentro referencias a Barlovento y Puntagorda. Adecuados para la ficción. El segundo me suena casi obsceno.
Mira, el de Guarromán sí lo conocía. Un cura le negó la comunión a un vecino homosexual en ese puelo, o algo similar, fíjate si me chocó -quizá lo asocié al cura ¿?- que lo recuerdo muchos meses después.
Villahorrenda... no lo recordaba, pero sí, adecuado a más de uno.
En la India hay un pueblo llamado "Tantagoreh" que traducido viene a ser algo así como "Aldea de aquél que una mañana se despertó con un pene en la frente y para disimular tuvo que peinarse pa'lante y la verdad es que no le queda nada mal aunque cuando se pone tiesorra apunta su puntagorda hacia barlovento...".
Una vez con un amigo, viajando en coche a miles de kilómetros, acabamos decidiendo que la única explicación es que algunos pueblos acabaron quedándose con el nombre que les brindaba el enemigo.
Son susurros al pie del precipicio para no hablar sola y que el eco no me devuelva a la realidad y lo haga ridículo. Mis disculpas por adelantado a quien pasee por el cañón.
Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne, huele a caballo y a sombra. Yunques ahumados sus pechos, gimen canciones redondas. Soledad, ¿por quién preguntas sin compaña y a estas horas? Pregunte por quien pregunte, dime: ¿a ti qué se te importa? Vengo a buscar lo que busco, mi alegría y mi persona. Soledad de mis pesares, caballo que se desboca, al fin encuentra la mar y se lo tragan las olas. No me recuerdes el mar, que la pena negra, brota en las sierras de aceituna bajo el rumor de las hojas. ¡Soledad, qué pena tienes! ¡Qué pena tan lastimosa! Lloras zumo de limón agrio de espera y de boca. ¡Qué pena tan grande! Corro mi casa como una loca, mis dos trenzas por el suelo, de la cocina a la alcoba. ¡Qué pena! Me estoy poniendo de azabache, carne y ropa. ¡Ay mis camisas de hilo! ¡Ay mis muslos de amapola! Soledad: lava tu cuerpo con agua de las alondras, y deja tu corazón en paz, Soledad Montoya.
Por abajo canta el río: volante de cielo y hojas. Con flores de calabaza, la nueva luz se corona. ¡Oh pena de los gitanos! Pena limpia y siempre sola. ¡Oh pena de cauce oculto y madrugada remota!
10 comentarios:
A mí me suena más faltón que obsceno. No me gustaría nada vivir en Alcantarilla.
Pues ahí va otro que tiene tela: Gallegos de Sobrinos, está en Ávila. Y otro más: Castrocontrigo, en Zamora.
jajaja...Sí, es verdad. Suena muy obsceno
Besos!!!
Yo siempre me acuerdo del Villahorrenda de "Doña Perfecta", de Galdós. ¡Qué bien le sentaría a más de un pueblo conocido!
Hay un pueblo llamado Guarroman...ya parece hecho aposta.
Mira, el de Guarromán sí lo conocía. Un cura le negó la comunión a un vecino homosexual en ese puelo, o algo similar, fíjate si me chocó -quizá lo asocié al cura ¿?- que lo recuerdo muchos meses después.
Villahorrenda... no lo recordaba, pero sí, adecuado a más de uno.
Besitos a todos!!!
En la India hay un pueblo llamado "Tantagoreh" que traducido viene a ser algo así como "Aldea de aquél que una mañana se despertó con un pene en la frente y para disimular tuvo que peinarse pa'lante y la verdad es que no le queda nada mal aunque cuando se pone tiesorra apunta su puntagorda hacia barlovento...".
Aterrador, huh?
:]
Eso habrá que visitarlo. Por ver al vecino, digo.
Una vez con un amigo, viajando en coche a miles de kilómetros, acabamos decidiendo que la única explicación es que algunos pueblos acabaron quedándose con el nombre que les brindaba el enemigo.
Porque si no no se entiende.
Sí, eso tiene sentido XD Bienvenido, se agradece la visita.
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