lunes, 22 de septiembre de 2008

Pequeña serenata nocturna

Tanto tiempo encerradas tras las puertas que no sabemos ya si estamos dentro o si estamos fuera. Ahí pasamos la noche batallando con un girasol gigante, y exhausta te apoyas ahora en la jamba de ellas, desgreñada y medio desvestida, aunque no te percataste de ello en el fragor de la batalla. Recuperas el aliento y poco a poco la razón. Quizá despiertas. Yo aún ando enajenada, o dormida, puede. Luchábamos contra lo mismo o quizá soñábamos que luchábamos contra lo mismo. Ahora el monstruo yace, inerte, sólo es algo ligeramente atípico por su tamaño y nadie se pregunta siquiera cómo llegó ahí, debe de ser normal. Puede, incluso, que cuando aquella puerta se abra del todo y la luz inunde el rellano se encoja o desaparezca. Puede que en un rato todo se desvanezca, quizá también nosotras. Dime, ¿estamos dentro? ¿O estamos fuera? ¿Qué hay tras las puertas?, ¿libertad o encierro?, ¿vigilia o sueño? Dime, ¿paseábamos sonámbulas en busca de otra puerta? ¿O nos liberamos de la clausura por esta noche para luchar contra lo que nos ahogaba? Dime, ¿dónde acabaremos cuando amanezca? ¿Seguiremos aquí o apareceremos en cualquier otro lugar, quizá tras otras puertas?

6 comentarios:

Camilo dijo...

No sé si este texto habla de la mañana siguiente a las fiestas de Marte, de Venus o de Baco. Sean las fiestas que sean las heridas parecen profundas, graves... y hermosas :)

Anónimo dijo...

Me gustaría robarte lo que escribiste...

Petrarca, no fue Baco. Fue Afrodita con su locura encerrada en cuatro paredes, quizás saturada ya por los temas y el encierro y desesperada por lo que nos queda por vivir. Y al otro lado, Melpómene, siempre Mel, tratando de reconducir nuestra angustia.

Cuando llegó la calma de nuevo recordé unas frases tuyas, de una entrada preciosa de hace poquito tiempo: "Y no nos comeremos tanto la cabeza con qué debemos y qué no debemos hacer. Ni con qué debemos o no sentir, si es oportuno o deja de serlo, si saldremos escaldadas de ello. Porque estamos cerradas a casi todo, nos queda abrirnos a casi todo".

Un besazo por aguantarme y abrirme un poco la ventana para que corra el aire

Melpómene dijo...

Mmmm, yo era más general, pero está bien que cada cual interprete lo que quiera. Y no descartaría que Marte o Minerva tuviesen algo que ver ;P Besitos

Bito dijo...

Estremecedor tu texto... ¿qué hay después de la batalla?. No lo sé, Melpómene, y la verdad es que a veces no tengo muy claro que quiera saberlo.

Melpómene dijo...

Yo tampoco lo sé todavía. Pero siempre fui buena batallando y ademas tengo curiosidad por descubrirlo. Un beso

Anónimo dijo...

Qué bueno!

Hay un poema de JR Jiménez que trata el mismo tema; la confusión entre sueño y realidad.

:|