miércoles, 25 de abril de 2007

Fabulilla


-Ah- dijo el ratón-, el mundo es cada día más pequeño. Primero era tan vasto que me daba miedo, entonces seguí corriendo, y era feliz porque al final, en la distancia vi muros a derecha e izquierda; sin embargo, estos largos muros se acercaban tan velozmente unos a otros que en seguida me encuentro, en la última sala, y allá en el rincón me espera la trampa en la que voy a caer.

- Tienes que cambiar el sentido de tu carrera- dijo el gato, y lo devoró.


Fabulilla de Franz Kafka



7 comentarios:

mc clellan dijo...

Y que gran razón tenía el gato. A mí cada vez que se me estrecha el mundo me monto en un autobús...

Melpómene dijo...

Yo salgo a la calle lejos del ruido (principalmente del que genero yo misma) o cojo el teléfono, o ambas cosas, según.

yein dijo...

Gato cabrón!

C.C.Buxter dijo...

El amigo Kafka tan alegre y optimista como de costumbre. Claro que, para que negarlo, también como de costumbre tiene razón.

Lo más difícil es dar un completo cambio a nuestra vida, es decir, dar un cambio a lo que nosotros somos, no a lo que nos rodea. Ya lo dijo Quevedo al final del "Buscón": no mejora la fortuna de quien cambia sólo de lugar pero no de vida y costumbres...

libertad dijo...

Qué verdad!
Qué buenas son esas fabulas,
y qué difícil es renovarnos, cambiar en lo esencial. Cuántas veces hacemos cambios pequeños, insignificantes, que nos llevan a hacer esfuerzos sin ningún sentido.
Un beso!

Munchausen dijo...

Mmm... ¿Belvedere?

Crapúscula dijo...

Qué bueno. Me sonaba. Pero me ha encantado. Ratonov, salga de aquí, el gato sigue cerca. :-)