martes, 1 de julio de 2008

Volvimos a perdernos en el mar.
Más sosegadas esta vez. Un desierto de calma.
Protegidas de la brisa feroz por los acantilados. Las olas rompen con fuerza.
La furia de los elementos.
¿Furia? No percibo furia. Hay movimiento. Energía. Pero nosotras estamos tranquilas. Ella duerme mientras nosotras corremos.
No hay nadie más aunque el viento nos envuelve impregnado de olor a porro.
Quizá de ahí provenga la sensación de calma.

4 comentarios:

arda dijo...

¿En qué lugar?

Dice una canción que la furia es el movimiento de crecer...

Coninuo movimiento del mar, nos atrae hacia él, sus olas van y vienen en un movimiento hipnótico. Fíjate, podemos hacer un paralelismo con los porros, que van y vienen y nos hipnotizan... jejej

Cielo, pos veo q tb estuviste en la playa!!!

Bronceada?

arda dijo...

mmmm qué bueno!! Estuve por allí hace un par de años!

Pero claro, el charkito del mediterraneo es más dulce que el inmenso cantábrico... jojojoj, así que tendrás que venir!!

Cuando vengas, dímelo si te apetece y vamos juntas ;DDD

libertad dijo...

Licuarse es sano, muy muy sano, y sentir lo que tú sientes, esta calma, y como la cuentas, más.
Un beso

Anónimo dijo...

Joer, calma... en la vida me había echado 3 siestillas el mismo día... o soy una marmota y no me enteré aún o fue el efecto de la brisa "de mar".