sábado, 31 de marzo de 2007

El crimen fue en Granada

No ha sonado y no me he atrevido a molestar, la compañía me ha traído sentido común, está bien, está bien, espero que no vuelva la inquietud, mañana será evidente que todo está bien...
Esta tarde me han hecho un regalo; "Elegías a la muerte de García Lorca. El crimen fue en Granada", que empieza precisamente con "El crimen fue en Granada" de Machado. Siempre que lo leo me pone un nudo en la garganta y a veces me empaña los ojos y me encanta, me encanta aunque duela un poco, porque me mueve tanto... En esto mido yo la calidad de un poema, en el grado en que me emociona, me llega, me conmueve, me transmite, me hace reflexionar, me cambia, me acompaña, me consuela, me conforta, me arrasa, me secunda, me alegra,me afecta en suma. Es muy subjetivo, sí, pero es el criterio más satisfatorio de selección que conozco, aunque con ello me deje algún marinero en tierra o pase por encima de ciertas hojas de hierba -sin faltarles al respeto-. Ahora necesitaba un nudo, que desatase otro nudo; a veces ciertas cosas tienen el don de la oportunidad. A ver si comparto gustos con algún trovador...

I EL CRIMEN
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico.
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-
....Que fue en Granada el crimen
sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada...

II EL POETA Y LA MUERTE
Se le vio caminar solo con ella,
sin miedo a su guadaña.
-Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque - yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
"Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!"

III
Se le vio caminar...
Labrad amigos,
de piedra y sueño, en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

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