viernes, 31 de octubre de 2008

Una nueva amiga

A veces siento que no siento y me percibo embruteciada, vegetal, parada, fuera del tiempo y la realidad, pero queriendo entrar. Y de pronto en medio del gris encuentro algo que me emociona profundamente, me conmueve hasta la raíz y me hace temblar las rodilllas. Puede ser algo triste o algo alegre, pero en cualquier caso encuentra el resorte apropiado para hacer saltar la piedra en pedazos y volver las cosas del revés. Un libro entre cientos, una canción o película, un lugar, un momento. O una persona.
Hay personas con las que me es imposible comunicarme, conversaciones banales, de ascensor, argumentos huecos, sí estoy de acuerdo, qué asco de tiempo, así es la vida. Y de repente de la nada aparece el contraste, con quien no hace falta hablar porque está en la misma frecuencia y percibe de forma similar. Percibe los mismos matices, las cuerdas de guitarra, las alas de mariposa, las rosas, los dragones y las telarañas. Y te mira y sabe. Entonces el mundo de lo absatracto tiene una existencia más real, ya no es sólo mío, tiene sentido y hay menos miedo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí... esta primera entrada me ha dejado sin palabras. Es "muy yo".

Melpómene dijo...

:D Gracias por la visita y por dejarme tu huella. ¡Un saludo!