sábado, 3 de febrero de 2007

Espejos

¿Alguien sabe la respuesta? Qué es, qué es, qué es...
Lo tengo en la punta de la lengua. Está ahí como borroso pero aclarándose, parece.
Qué es.
Un poco más y lo descubro (o lo recuerdo)... Pero no puedo; es como si hubiese un precipicio entre la respuesta y yo: en línea recta no dista mucho, pero no puedo llegar ni estirando los dedos.
Por eso lo busco y no lo encuentro, porque no sé que busco. Podría pasar a su lado y no reconocerlo, no verlo siquiera, porque estoy obcecada en encontrar algo que no sé qué es.
Parezco el conejo blanco corriendo con el reloj en la mano.

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