miércoles, 14 de febrero de 2007

Sirimiri

Lluvia menuda que cae blandamente. Sobre fondo gris. Nubes plomizas que sujetan el cielo para que no se me caiga encima, mientras me voy mojando sin saber cómo, empapándome de esta lluvia que no es lluvia siquiera, que casi no se ve y no se siente pero que cala y enfría y entristece. Es indiferencia, es un medio camino, es un no es, como el gris, que ni es negro ni es blanco, y por eso aunque penetra no llena, sino que vacía. Y te lleva a casa, tras la ventana, con los ecos de lugares en que crecen rosas salvajes de fondo, una taza humeante en la mano, un libro olvidado sobre la cama y vaho y nostalgia en los ojos, clavados en un punto fijo borroso, lejano, intrascendente.

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