jueves, 15 de febrero de 2007

La casada infiel

Erotismo por todas partes, en el aire, en los blogs, en la calle, y todavía no ha llegado la primavera... Será el calentamiento global.
El otro día me quedé con una reflexión sobre la infidelidad que me sublevó del todo, como si intentasen rasgarme un ideal que me insufla aire... Luego pienso, matizo, corrijo, no tumbo el ideal pero soy consciente de que es inevitable relativizar y contextualizar, siempre acabo sintiéndome culpable de las rotundidades que parezcan erigirme en juez absoluto de lo correcto y lo incorrecto, de las comparaciones exageradas. Pero sigue ahí la esperanza de que que la lealtad exista.
El caso es que con tanta vuelta y revuelta, ha venido a mi memoria, de nuevo, un poema de Lorca: "La casada infiel". Lorca es LORCA, con mayúsculas, Federico el Terrible, conmovedor, arrasador, removedor de entrañas. Es rojo, negro, aceituna, luna, sangre, reyerta, amor, pasión, muerte, pena... Y lo releí, y sentí de nuevo, porque no se entiende ni se piensa, se siente. Y luego cerré los ojos para apreciar mejor la brisa, el murmullo de las hierbas y los lirios, el rumor de las aguas del río, el frío templado de una noche de verano temprano, las huellas en la arena, la ansiedad de las manos liberándose de fronteras en forma de enaguas, corsés, camisa, pantalones, la piel blanca de una paya bajo la luz de la luna y el cuerpo oscuro de un gitano seguro de sí, algo rudo en sus gestos, esforzándose por resultar suave. Blanco y aceituna entremezclados bajo la plata de una noche de luna sin faroles, y el rojo de las bocas desbocadas, mordiéndose con el ansia de dos lobos hambrientos. Y los susurros inconfesables de una mujer desenvuelta, apasionada pero consciente, que el hombre, legítimo y digno gitano, engañado pero entero, guarda para sí a pesar de los pesares. Ahí lo dejo:
"Y yo que me la lleve al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.

Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.

Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
*
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quito el vestido.
Yo, el cinturón con revólver.
Ella, sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.

Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.

No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.
*
Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
Le regalé un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río."

Federico García Lorca

7 comentarios:

yein dijo...

Si tú supieras el significado que este poema tiene para mí... Entenderías que al redescubrirlo las lágrimas se me agolpen en los ojos.
No viene en un buen momento, pero viene. Tú has querido que viniera. El destino.

Ese poema supuso el principio de una nueva vida, una ueva forma de entenderlo todo y de sentirlo todo.

Gracias por hacerme recordar. Ahora tengo más miedo de hacer algo inconveniente este fin de semana.
Menos mal que no suelo beber.

Melpómene dijo...

En realidad tú me lo trajiste a mí en primer lugar... Como no conozco tus circunstancias no puedo permitirme ni aconsejar ni alentar, pero la verdad es que la mayor parte del tiempo somos nuestros mayores torturadores, ampliamos los problemas, los deformamos, los dejamos que nos engullan, y, sin perjuicio de que estén ahí, les damos un poder destructor mayor del que tienen. Un abrazo enorme y espero que el fin de semana te haga sontreir ampliamente.

Crapúscula dijo...

Muy bueno, el post...

yein dijo...

Jo! Que maja! Gracias! Lo mismo para tí! Suerte esta noche independientemente del disfraz que hayas elegido: vaca, pollo, caballo, perro, indio, vaquero, egipcio, bruja, hada o lo que sea.

Gonzalo dijo...

Me hicieron aprender de memoria ese poema en el instituto, y creo que se me aparece más veces de las que contestaría enchufado a un polígrafo.

Melpómene dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Melpómene dijo...

Ay, lo que es la memoria... Hace tanto que no uso el inglés que cuado lo hago cometo erratas... En fin lo que decía: que nosotras sólo memorizabamos cosillas en inglés -los ingleses tienen más tradición en eso de memoriar y declamar... o eso tengo asumido- Pero está casi todo olvidado. Y este esñor poema ni siquiera lo vimos.